miércoles, junio 23, 2010

Perón: el que Excedió al Peronismo



Por Alfredo Brandon
26 Enero 2010
Lo contemporáneo del ideario peronista delineado por el General Juan D. Perón entre 1943 y 1953 reside en el rotundo fracaso de sus dirigentes a la hora de sostenerlo y ejercerlo. En un devenir –ideológico y metodológico- incierto, Perón sigue subiendo por ascensor y los dirigentes -algunos malintencionados y otros con "capacidades diferentes"- van por escalera. Cada día que pasa confirman que ante la mínima turbulencia política son lo más parecido a un sofá “…no sirven para sentarse ni para acostarse…”. Esta analogía se pudo palpar, por ejemplo, durante el conflicto con los productores agropecuarios en 2008. Ese fue un límite de la “caja”. En ese hecho se develó la gran incapacidad para manejar estos temas desde la política.
La plantilla estable de la Rosada desconoce -intencionalmente- el horizonte que Perón se había planteado para enfrentar un futuro turbulento en el ámbito mundial y local, se regodean en la inmediatez y los enfrentamientos estériles. El cortejo kirchnereano fogoneó las mayores controversias sin resolver ninguna y logró resquebrajar toda relación que lo sustentara como una expresión valida y armónica. Actitudes poco inteligentes para ser peronistas.

El peronismo ha demostrado ser una fuerza política capaz sentar a la mesa de las grandes decisiones a los cuatro sectores más importantes, las fuerzas armadas, la iglesia, los empresarios y los trabajadores. Pero la soberbia oficial, que embriaga, fue más fuerte. Enfrentó y hasta persiguió a quienes a través de una genuina participación podrían aportar su experiencia en los asuntos que hoy la dirigencia hace agua.

Los logros de este gobierno no pasan el umbral de lo aparente. La oportunidad de reestructurar la matriz de reparto ya pasó. La administración kirchnerista dejó pasar –entre 2004 y 2008- una oportunidad inmejorable para revertir 50 años de ignominias.

El gobierno nunca delineo estratégicamente las soluciones, al contrario, se quedo en el petardismo y en la justicia cosmetizada. Desde el atril se habla de generar mayor consumo -¿con una familia tipo que ingresa $ 4.800 por mes?, con suerte y si están con ocupación- y así pertenecer al “circulo virtuoso”. Imposible. Lo que no se dice es que para entrar en ese círculo hacen falta no menos de $ 7.200. Nos quieren convencer que se puede meter un elefante en una caja de zapatos. El salario es uno de los peores en cuanto a su participación en el PBI; todos sabemos que no vale la cantidad de billetes que nos retribuyan sino lo que podemos comprar con ellos, desde el gobierno insisten en una situación ideal pero estamos muy lejos de ello. Más del 37% de la población activa accede a un trabajo precario o un empleo indigente (trabajo para pobres o trabajo de segunda) por lo cual hoy los pobres son tan pobres como antes, aunque ahora deban trabajar mucho más. El nivel de desocupación roza –ciertamente- el 13,9%, la pobreza trepa a un 32,02% mientras que la indigencia ocupa un pedestal que representa el 13,1%, esto demuestra que hoy en la Argentina ninguna familia supera la pobreza ingresando $ 1.682 ni sus integrantes dejan de ser indigentes por reunir $692,17. Con estos guarismos que nos ofrece la realidad el “círculo virtuoso” se transforma en la soga del patíbulo.

Las “respuestas” a la crisis nunca van directamente a la gente, siempre son periféricas, el gobierno obediente, siempre les da el negocio a las empresas (subsidios) o a los bancos (créditos imposibles de tomar por la relación ingresos – cuota)- mientras que los aumentos de servicios y/o productos impactan directamente en la gente por lo cual esta administración es reaccionaria de acción directa en contra de los intereses que dice defender. En una palabra nos hacen rehenes del poder económico, pauperizan nuestros magros ingresos y por ende nuestra calidad de vida. Nos entregan -subrepticiamente- a los brazos del mercado porque dicen que no tenemos que cortar la cadena del consumo… de que consumo nos hablan? Del consumo suntuario? O del consumo necesario? Hoy no alcanzamos a cubrir el consumo de supervivencia y quieren que nos exhibamos con productos de la "modernidad"? Es posible que en las próximas elecciones nos ofrezcan –a modo de dádiva- un aparato de aire acondicionado pero no lo podremos usar debido al alto costo de la energía o lo que será peor… tal vez ya ni siquiera tengamos corriente eléctrica (¿?) Cuidado, “…que no nos pongan el carro delante del caballo…”.

La matriz de un gobierno peronista no esta reñida con la producción y el consumo, solo que Argentina debe concatenar su industria con un consumo responsable y no inalcanzable!! Así se generaran verdaderos empleos genuinos evitando la precarización laboral que cada día es mayor y que siembra incertidumbre entre los trabajadores. A esto le debemos sumar una responsable actividad exportadora que debe estar orientada al “Producto Acabado” y no solo materias primas. Claro para que todo esto suceda y no sea enunciativo debe haber un Estado que defienda el valor laboral de los argentinos y no se quede en la apariencia de la retórica.

Se deben corregir algunos parámetros de consumo, no podemos ser utilizados como instrumento de apetitos mezquinos. Terminemos con el mito del consumo descontrolado y comencemos a valorar el verdadero “circulo productivo” para que cierre el “circulo virtuoso donde el consumo es una variable”.

No alcanza con bajar precios cuando lo que gana la gente es escandalosamente insuficiente. Hoy tenemos un gobierno endémico y sin una matriz distributiva para lo poco que nos va dejando un crecimiento sin desarrollo. Una matriz de Estado debe estar respaldada por políticas serias – no mamarrachos de atril- y dentro de esa matriz se pueden aggiornar –pero jamás desvirtuar y mucho menos destruir- los métodos de acuerdo a realidades o el paso del tiempo.

Los lineamientos genuinos –políticos y económicos- del peronismo ya están escritos pero es denodado el esfuerzo que realizan los dirigentes por ignorarlos, no escatiman picardía alguna a la hora de ejercer todo tipo de actos de magia que abone la negación de las virtudes –hoy no aplicadas- de la estrategia elaborada por el Gral. Perón. Sería un aporte significativo a la salud política que estos obsolescentes abdicaran porque la miopía política no es patrimonio exclusivo de los que anidan en Balcarce 50 sino también de los dirigentes que sustentan, desde afuera, lo errático de la “conducción de gobierno” ejercida por “Melusina y El rey de los enanos”

Hay un temible desconocimiento en cuanto a políticas de abordaje de los grandes temas nacionales e internacionales, por lo cual, intentan introducir parábolas sin sustento ya sea por intereses personales o incapacidades propias de su gran desconocimiento de los asuntos de la política. Están inmersos en una profunda “confusión” entre la política y los negocios, y estos últimos abundan de manera tal que no hay lugar para las ideas.

El hecho que la dirigencia esté en crisis –hace ya varios años- expone al país a un grave riesgo. ¿Por qué? porque sin lugar a dudas el peronismo está llamado a ser el reservorio dirigencial –serio- de la política nacional. La crisis dirigencial que vive en su médula ideológica y metodológica el peronismo hace peligrar el futuro de Argentina de cara al concierto mundial del cual no tendremos retorno sin haber pagado un alto costo ya sea en vidas humanas como en recursos naturales imprescindible para nuestro crecimiento y desarrollo.

Para los nuevos desafíos, y ante la hipótesis de un gobierno mundialista –sea este unipolar o multipolar, el asunto no estriba en cual sea sino en quien lo habrá de conducir- que no tendrá otro objetivo que avanzar sobre nuestros recursos en nombre de la "humanidad”. Perón tenía bien identificado el problema que hoy se quiere ignorar o se pretende “renunciar” de manera elegante. Esto es propio de la dicotomía existente entre las acciones dirigenciales y las ideas peronistas.

Nuestro país ya no tiene la base social, como cuando nació el peronismo, ni los valores fundamentales de ética y moral. Hasta la vergüenza a la dádiva se ha perdido. Se ha diluido la estabilidad social conquistada en base a la movilidad –ascendente- entre los diferentes estratos y se ha fomentando al hombre como lobo del hombre.

Ya en los albores del peronismo se sentaron las incipientes bases para un país con proyección mundial, por ese entonces Perón remarcaba las asimetrías que desataría la mundialización de la economía y proponía un universalismo en beneficio del hombre como contracara a su esclavización o a su holocausto ejercida por un mundialismo claramente inhumano. Hoy los dirigentes dicen que las crisis los toman por sorpresa (¿?)…Incautos? Incapaces? o Corruptos? La mirada dirigencial es estrictamente coyuntural… y no hablemos de la conjunción fatal que constituye la ignorancia y la escasa transparencia. Perón pensó, y generó las herramientas para un país en serio con acceso a la educación plena –y formadora-, el crecimiento y el desarrollo efectivo para lograr más y mejores puestos de trabajo. Esto, Perón, también lo dejo hecho, solo hay que darle un golpecito de horno.

Perón ha excedido al peronismo y lo supera cada día que sus exégetas intentan modificarlo con razonamientos “retrogresistas” –o progresistas como ellos se hacen llamar- que intentan convencernos que son la “nueva política” y todo lo que vemos es una carrera interminable detrás de negocios que corroen la dignidad de toda la comunidad. Los mismos dirigentes lo hacen a Perón el político más lúcido y premonitor de los últimos cien años; también lo hacen el más traicionado.

Hoy, personajes de varias expresiones políticas esgrimen su defensa por los derechos humanos, pero a ver… ¿quien ha contribuido de manera efectiva y fehaciente para defender y honrar los DD.HH? Sin duda el peronismo. Diría mas, nadie lo puede negar. Hoy tales derechos son solo una puesta en escena que sirven para el marketing político. Nadie se detiene en los muertos a futuro que nos han dejado –y que todavía sostiene esta administración- los gobiernos conniventes con el proyecto de endeudamiento que nos sumerge en la miseria económica e intelectual, ello compromete seriamente nuestras generaciones futuras y vulneran de manera cierta el libre ejercicio de los derechos humanos fundamentales y no aparentes. Esto puede corroborarse en la Constitución de 1949.

La doctrina peronista es profundamente humanista y cristiana porque –entre otras virtudes- siempre la mirada estuvo puesta en el hombre trascendente porque este como tal constituye el núcleo antropológico y filosófico de nuestra comunidad con una clara orientación continental y universal por ello el hombre esta por encima de cualquier sistema que lo excluya o someta a ser una simple variable económica de las hegemonías de turno. Ya en 1947 Perón planteo como solución al mundo la tercera posición sustentada en las bases de Justicia, Libertad y Soberanía pues el hombre fue puesto sobre la tierra sin derechas y sin izquierdas.

Juan D. Perón introdujo –ya en ese entonces- una profunda mirada humanista respaldada por una verdadera gestión de gobierno orientada a los planos más necesarios y estratégicos dejando las formas y las inauguraciones para momentos de real conquista del bienestar general por sobre los grandes males de la sociedad. Las soluciones no eran periféricas como hoy, iban directamente al centro de la cuestión. Perón abrió una frondosa senda hacia la confianza y la respaldó con el trabajo de los argentinos, nos previno acerca de la crisis de valores a la cual estábamos expuestos. Los peronistas nada tienen que inventar, basta leer, entender y no traicionar la matriz ideológica que ya fue delineada por Perón para nuestro país, no hagamos de ella un cúmulo de interpretaciones a medida de los inescrupulosos.

Basta repasar textos como “La Comunidad Organizada” – sustento filosófico del peronismo - o “El modelo Argentino” – base metodológica-, para empezar a darse cuenta que la política al igual que la historia no es un cine continuado que comienza cuando uno llega. Perón sobrevive y excede a los enanos porque sostiene una idea y no un mero partido político, inconsistente y hasta vacío de contenido. La vigencia del ideario de Perón demuestra que nada que se funde en la ausencia de la idea ha de sostenerse por propio capricho de los enanos, pues su construcción es efímera y su vida exigua, la idea tiene un sentido épico que fundamenta la historia, sostiene el presente y fortalece el futuro.

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