¿Yo señor?... No, señor!!
C i u d a d a n o s
cómplices de sus desventuras
Por Alfredo Brandon
La connivencia de este variopinto de intereses que representa la “Corpo-Política” donde por razones “omertarias” abrevan las diferentes, por lo menos en sus enunciados, expresiones partidarias nos ofrece una de las pocas certezas establecidas: los filibusteros se han dado una organización y ya, sentados en primera fila, somos meros espectadores del para qué.
Ninguno de los que componen esta “Corpo” entiende la política como la herramienta para lograr el bien común, definición aristotélica, hasta ahora no refutada por ningún fariseo que pulule por aquella “feria de Pitágoras”; ‘donde algunos van de paseo, otros a hacer negocios y los mejores a observar desinteresadamente lo que allí sucede’. Hoy estamos frente al ejercicio más “gallináceo” de la política desde que alguien le dio esa denominación.
La “Corpo” se desenvuelve socarronamente; son personajes oscuros de algún espectáculo improvisado, donde se esmeran más por lo ampuloso de la obra que por lo nutritivo del producto final; no les preocupa si para conformar al público, ciudadanos que han pagado para verlos, deben abordar lo más soez del lenguaje o en lo más pernicioso de la mentira: todo da igual.
En la “feria” erigen sus escenarios, maltrechos por su falsa moral y ofrecen un buen pasar a escaso valor; nos sonríen como ángeles pero actúan como demonios. Lo bueno tiene un valor. Por cierto, valores y códigos no son iguales. Los ilusionistas de la política, como siempre lo han hecho, buscan camuflarse para permanecer en el usufructo del poder. Lo triste será que terminemos creyendo que hemos comprado una baratija a buen precio cuando en verdad nosotros terminamos siendo la baratija.
La “Corpo-Política”, donde todos conviven en el “vertiginoso intercambio”, no hace más que confirmar que sus actitudes representan la carencia de normas sociales y su degradación. En ese ámbito cohabitan y convalidan el “relato fantástico” que trata de imponer, desde el discurso único, el oficialismo. Son, sin más, colaboracionistas de lo que dicen rechazar: son los garantes de la anomia política.
No duerme fuera de este infortunio político el sistema financiero al cual el gobierno hoy, no solo le financia la compra de dólares a tasa cero, sino que es el único de los sectores económicos del país que no ha pagado ni un centavo por los efectos de la crisis; todos lo hicimos, ellos no. Sin embargo tienen el usufructo del crédito de coyuntura, el del “consumo efímero”, pero se hacen los distraídos a la hora de aliviar esa pandemia que significa la crisis de la vivienda.
Allí afuera hay una crisis hubiésemos dicho antes de la globalización asimétrica, hoy la crisis está a la vuelta de la esquina. Para enfrentar lo que vendrá harán falta cuanto menos ciudadanos en pleno uso de sus facultades reales, solo en ese ejerció se encontrará el camino por fuera de la “Corpo-Politica” y estaremos a salvo del mensaje interno de ‘apertura al mundo’ como el de la depredación directa que pretenderán las potencias en ejercicio.
Siempre he sostenido que la lucha que viene (¿?) será por el conocimiento, la energía y los alimentos; allí arriba, de donde nos miran como a un bife apetecible; el conocimiento ya lo tienen y lo desarrollan, la energía se la llevan de Basora y de Libia, por citar lugares emblemáticos. Seremos nosotros su próximo bocado?
No cualquiera es ciudadano; ciudadano será el que impida el atropello tan solo no siendo cómplice de lo que sabe que es una falacia pero que lo acepta porque le es conveniente. Ciudadano será el que se dedique a cambiar el “status quo” y restituya a la política su verdadero valor. Los demás serán metecos.
Sin dudas el “cuadro de alternancias” en el ejercicio de la deshilachada política Argentina no es muy esperanzador. Como en el Ubú Rey de Jarry todos tienen su parte; siempre abiertos al aprovechamiento de lo más rentable y no de lo ciudadanamente favorable hacen honor a esta frase: “… me enriqueceré rápidamente, mataré a todos y me iré… ”.
1 Comentarios:
Es saludable que al caer la casa sobre la cabeza, los individuos , una vez pasado el shock inicial, comiencen a remover los escombros para ver qué se puede rescatar; llévanse así , lo valioso desestimando lo fatuo, lo roto , lo inservible. De ese modo, pueden construir un nuevo hogar que los represente. No pierda las esperanzas, tal vez luego del huracanazo , los inservibles queden arrumbados y pueda construirse algo digno para el futuro. Atentamente le dejo mi saludo : Mabaires
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal