domingo, junio 22, 2014

¿Holocausto o esclavitud?

~Los presidenciables y  complicidades~

En nuestro país, donde prevalecen las situaciones inmorales por encima de las verdades; aquí donde no por casualidad convivimos con situaciones inestables y pendulares gracias a la intervención de propios y ajenos, aquí, y no en otro lado, es donde los políticos nos hablan de una sociedad dinámica, tan dinámica que se confunde con una sociedad caótica. La “progresía”, que con su discurso lábil busca  justificar un delito menor poniendo como ejemplo un delito mayor. Ambos son delitos, y si así no lo creyéramos, viviríamos en un estado de anomia insostenible. Estos actores y sus acciones no hacen más que responder a intereses deleznables del poder financiero globalizado. Las recetas no son nuevas sino veamos que en “nuestro” 2001, el único sector favorecido fue el financiero, también podemos fijarnos en la Grecia de 2011 y quien fue el sustituto de Papandréu (Lukás Papadimos ex vicepresidente del BCE) y de donde venía. Quizás por esto no podemos creer en la inocencia o en el desconocimiento de estos asuntos por parte de los políticos que supimos conseguir.

 Ya a orillas del Río de la Plata se decía: “lo que no puedan conseguir los de afuera por sus propios medios lo harán sembrando los oídos de los paisanos que anteponen intereses foráneos a los de su propio país”. Gracias a estos "criollos" genuflexos de la ahora denominada cuarta globalización  nos han empobrecido y han fomentado la  desintegración del entramado social para luego someternos a “bajo costo”. Han denigrado a hombres y mujeres por la falta del trabajo digno; la pobreza y la indigencia. Para redondear, han ampliado la dosis de ese virus disgregativo llamado corrupción.

Hace algunos años, previo a las elecciones presidenciales de octubre 2011, me atreví a ensayar acerca de la “Descomposición Organizada”, articulo que antecede a este. Me pareció, y hoy lo confirmo, que hay un espacio, donde confluyen y conviven en complicidad omertaria; protagonistas, posturas y asuntos como los que nombré en ese momento:
La sociedad, política, oficialismo, oposición, connivencias, conveniencias hipocresía, valores, progresía, ciudadano, corporación, relativismo.

Es notable como todos los “relatores”, todos, de este último tramo democrático tienen grandes coincidencias. En el desenfreno de tanto mediático, devenido en político, me ha tocado escuchar y observar diferentes palabras; las oigo y las “observo” en su gestualidad pues en esto último es donde no se pueden ocultar las contradicciones, entre lo que dicen y lo que verdaderamente piensan. No hay asesor de imagen que pueda con la gestualidad, cada exponente político se esmera grotescamente en disfrazar las palabras, es allí donde se desprenden, descuidadamente, las verdaderas intenciones. Lo ampuloso los expone, y cuando se quieren bajar de la exageración hecha idea, les gana el silencio ante las cuestiones estructurales que la sociedad demanda.

Toda concepción política organizada, con ánimos de transformación, que pretenda sostener los logros del pasado y traerlos a la contemporaneidad, como garantía de su accionar futuro, debe contar con dirigentes que avalen con sus actitudes los principios que sustancian la ideología que dicen profesar. Los “predicadores” son necesarios, pero también hay que redondear la tarea con “hacedores” que respeten y aggiornen los fundamentos sin deformar los verdaderos objetivos planteados en el inicio.

En distintas circunstancias, acompañadas por la excusa del paso del tiempo, vemos como plataformas y doctrinas fueron malversadas con la intención de desacreditarlas. Quedan tan desvirtuadas que se transforman en lo contrario de lo que profesa el principio primigenio que dio origen a su existencia. Los políticos argentinos que llegan a “presidenciables” tienen la virtud de convertir en hojarasca lo importante de los fundamentos que dieron lugar a aquella transformación; banalizan y relativizan cuestiones de fondo haciendo naufragar la virtud y los valores entre el nihilismo y los fuegos de artificio.

Ninguno de los “presidenciables” se ha manifestado concretamente acerca del 82 por ciento para los jubilados y una equiparación de ingresos razonables. Tampoco se han expresado acerca del impuesto a las ganancias que se les imputa a los trabajadores. Con mucha mayor certeza podemos decir que la Confederación General del Trabajo (CGT) ha explicitado su postura con respecto a estos temas y llamó a un exitoso paro general que los “presidenciables” se ocuparon de descalificar.

 Hasta ahora la “oferta” de candidatos, nunca más acertado el término “oferta”, resulta una gran feria de frases que no apuntan ni siquiera a modificar las claudicaciones que este régimen bien, y casi a pedido, les ha dejado preparadas para emprender un nuevo ciclo que sin dudas continuará en desmedro de los argentinos, gane quien gane en las próximas elecciones. Veamos cómo, no por casualidad, todos los predecesores del actual régimen fueron construyendo este andarivel que siempre desemboca en la desdicha y la entrega de nuestra Argentina; fue el golpe de los chicago boy’s de Martinez de Hoz, también Machinea, los siguieron Menem y Cavallo con la falacia de la convertibilidad y arribaron los “anti algo”, más conocidos como el “carrusel” de La Alianza, donde continuó Cavallo. El ex ministro de economía se mantuvo muy cerca de De la Rúa, tan cerca como para recordarle que no debía apartarse del objetivo. Hay que poner de rodillas a la Argentina.

Volviendo a los “presidenciables” que aspiran a conducir los destinos de Argentina a partir de diciembre de 2015 no se les conoce opinión manifiesta acerca de la ley de emergencia económica y las facultades que el legislativo le cedió al ejecutivo. ¿Será que piensan que –cuando lleguen al gobierno- ahora les toca a ellos apropiarse de la opinión y el voto de los ciudadanos por decreto de necesidad y urgencia? Más conocidos por DNU.

Nos están robando la voluntad y la capacidad de resistirnos. En la campaña nos ofrecen un confortable sillón con aspecto de futuro y luego terminamos durmiendo en una cama con clavos. Yo creo que lo que nos están ofreciendo es el jardín del edén pero que en verdad lo que se esconde detrás de este jardín que intentan vendernos los “presidenciables” es el holocausto o la esclavitud.

No escapan a estas actitudes los “ciudadanos” de a pie –segmentados a la derecha del egoísmo- que por ser la CGT la convocante al paro por un reclamo que nos atraviesa a muchos decidieron no acompañar la protesta, los mismos que hablan de unidad y de república. Muchos de ellos corren detrás del éxito y aquel que no se lo da encarna el peor de los gobiernos. Confunden el ser más con el tener más.

Son muchos los peronistas que ya piensan en un frente con un candidato no peronista, claro, es más honesto que apoyar a un candidato que se guarece en el peronismo pero que en verdad de peronista nada, no basta parecer, pues la sustancia está en el ser.

Hay sofistas que se anuncian como dirigentes peronistas que dicen que el peronismo ya no prevalece ni siquiera como principio; son los mismo que llegaron con “Néstor” y que ahora dice que están con De La Sota pero desayunan con Scioli y que también le simpatizan el “carrusel” de UNEN y Macri. Todo esto y no me dejen afuera es lo mismo. También es cierto que veces la edad mezclada con un ego exacerbado produce estragos.

Cuando me referí a la descomposición organizada me referí también a la penetración de un virus de amplio poder de destrucción; la desacreditación y la corrupción. Éste virus le fue aplicado al radicalismo dejándolo cual monumento cadavérico. Y listo!, asunto concluido, ya conocemos como terminaron los vaivenes del partido centenario. Nada fue posible sin los portadores internos que coadyuvaron a dejar en estado de putrefacción a su partido; así nacieron las Carrió, las Stolbizer, los Moreau y otros a una escala menor. Estos son los que hoy se hacen llamar “progresistas”, lo mismo quieren hacer con el justicialismo. Fragmentar en nombre de la pluralidad (¿?).

La “compostura” y la “convivencia” política han llegado hoy a los umbrales de la connivencia con el oficialismo, ¿por qué?, porque en ningún programa televisivo, por ejemplo, un “opositor” le dice mentiroso a un oficialista que sostiene que el “modelo” generó 6.000.000 de puestos de trabajo (¿?). Tampoco le reprocha que no existe la denominación “inclusión social” en el marco de una verdadera solución; y que en verdad debería llamarse justicia social. La distancia que hay entre ellas va desde la caridad y la degradación hasta la esclavitud o el holocausto.
  
Sabemos que en oportunidades las circunstancias las dibuja el tiempo y que nuestro deber es no temer a lo establecido, pensar que cuestionar aquellos tiempos que nos ofrecían una panacea sin sustento es un atentado a la república es una grandilocuencia sin sustento. Hay por ahí una “pitonisa” que habla de recuperar la república, es una de las que ha colaborado con la fragmentación de los partidos políticos, pilares fundamentales de la democracia republicana. Festejábamos con algarabía la llegada de la democracia sin saber que la democracia sola no bastaba, hoy es necesario interpelar a los actores políticos de nuestra democracia que se desviven por “mostrarse” unos con otros, la foto… que le dicen. Los políticos deberían saber que exhibirse no resuelve las deudas que aún tiene la democracia. No tienen conciencia que la exhibición no tiene sustancia, el ser político sí la tiene, eso sí, no está al alcance de cualquiera. Para ser un animal político es necesario observar la totalidad de los requerimientos y no la coyuntura parcial que les brinda la conveniencia y impunidad de hacer y deshacer promesas que no son un bien particularísimo sino que son un compromiso con toda la sociedad.

Sin querer profundizar en el terreno ontológico, me convenzo y me convencen, que hoy lo que está en crisis es el ser; el ser político, el ser ciudadano; el ser justo que es lo que forma al “hombre bueno”.

publicadas por Alfredo Brandon a la/s | 0 Comentarios

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